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Y no dejo de pensar en lo que sucedió, ni el frío que sentía, ni el cansancio me hicieron irme de aquel lugar, no vi flor viva ni luz de luna hasta cuando estaba a punto de irme, pregunte lo que ya sabia, debía encontrar la excusa, roció las flores que abrieron en la luminosa oscuridad, las nubes que nunca estuvieron fueron movidas por aquel calido frío viento para que la luna que siempre estuvo nos iluminara en nuestra oscuridad, el frío comenzó a calentar, tanto así que mis manos sudorosas acariciaron a aquella aporía, desde entonces no estoy despierto ni tampoco duermo…
Solo sueño